Ha pasado ya un mes desde que terminó mi exposición de
pintura “El Arte Ignorado II”, en el centro cultural Nicolás Salmerón, de
Madrid, y tenía pendiente escribir esta pequeña crónica, no ya de la exposición
en sí, sino, sobre todo, de lo mucho que ha significado para mí esta nueva
experiencia.

http://www.guiadelarte.net/ignorado/novedades2018.htm
Simplemente el hecho de haber hecho una nueva exposición, ya
es muy importante para mí, pero por lo que realmente ha merecido la pena ha
sido por las personas que habéis venido a ver mis cuadros y a mostrarme vuestro
apoyo. A todos os estoy enormemente agradecido; familiares, amigos y
compañeros, compañeros y amigos… ¡Muchas gracias a todos!
La ilusión con la que iba cada tarde al centro cultural,
esperando vuestra visita y abierto a alguna sorpresa que otra, es algo que no
tiene precio. Tal vez sólo es comparable con la que sentí a lo largo del mes de
diciembre mientras trabajaba con los cuadros, incluso durante las Navidades más
“artípicas” que he pasado en mi vida :-)
Han sido muchos momentos agradables y he disfrutado
sobremanera explicándoos a todos mis obras una y otra vez, pero ha habido dos
experiencias especialmente sublimes, por situarse en los extremos de mi vida,
fundiendo pasado y presente.
Reencuentro primero; el presente

Reencuentro segundo; el pasado

Y, aunque había mencionado sólo dos experiencias en los
extremos de este maravilloso ciclo de la vida, hubo otros dos reencuentros con
excompañeros, uno de ellos inesperado, relacionados ambos con otra época
importante de mi pasado, cuando estuve internado en la entrañable Universidad
Laboral de Cheste, entre los años 1974 y 1977, estudiando el segundo ciclo de
EGB (6º, 7º y 8ª). Siempre he dicho que, aunque me pilló en una época de
inmadurez extrema y no le supe sacar provecho a aquella experiencia, fueron
tres años inolvidables para mí, y fue allí precisamente donde gané mi primer concurso
de pintura. Creo recordar que el premio fueron unas 5000 pesetas en material de
pintura, pero lo más importante fue la inyección de autoestima que recibí, y
necesitaba, en un tiempo en el que andaba bastante perdido, pero en el que mi mente
creativa no paraba de trabajar y mirar hacia el futuro.
Si os fijáis, ha sido una crónica totalmente enfocada a las
sensaciones, a la gratitud y al hecho de el “Reencuentro”, con mayúsculas,
independientemente de cualquier valoración artística. En este sentido, os
vuelvo a poner aquí el enlace de la página web que he preparado con la
exposición virtual y todas las explicaciones sobre la misma:
http://www.guiadelarte.net/ignorado/index.htm y el enlace sobre el bonito artículo que salió publicado sobre mí y la exposición en el Blog de Arte, “Trasdós”, del portal “20 minutos”:
https://blogs.20minutos.es/trasdos/2018/01/25/martin-vicente-lozano-el-verdadero-artista/
Para terminar, y por si sirve de algo escribir los deseos y
hacerlos públicos, una vez concluida y madurada la exposición, y recalcando el
hecho de que no la habría podido llevar a cabo de haber estado trabajando, no hay
nada que más desee en este atípico curso, que poder verlo desde dentro (el
curso) y disfrutar y entregarme de nuevo en mi profesión de maestro, al menos durante
el último trimestre. Crucemos los dedos :-)