domingo, 4 de noviembre de 2018

Taller artístico: Envejecer papel

Hola a todos:

Como decía en el anterior post, voy a proceder a describir el proceso para envejecer papel de una forma muy sencilla, usando únicamente materiales que podemos tener a mano en casa. Esta entrada, siguiendo los pasos indicados, está planteada para que sirva de guía, no sólo para que se pueda hacer esta actividad en casa, si no, también, para realizar un pequeño taller en clase, en el que nuestros alumnos aprendan a envejecer papel.

Los materiales serían los siguientes:
  • Un folio o trozo de papel en el que tengamos el texto escrito. Os recuerdo la importancia de dejar amplios márgenes a cada lado, porque luego tendremos que recortar todos los lados con los dedos, dejando un margen aceptable. Es importante que no imprimáis la hoja en una impresora de inyección de tinta, ya que esta se disolvería y perdería legibilidad. Si no tenéis una impresora láser a mano, podéis encargar una fotocopia de la hoja en cuestión. Otra alternativa, sería escribir el texto con bolígrafo o rotulador permanente, pero os recomiendo usar el ordenador, por la posibilidad de contar con una gran variedad de tipos de letra, que os resultaría muy difícil de reproducir a mano.
  • Una bandeja en la que coja el papel. Trabajando sobre ella, evitaremos manchar la encimera o mesa en la que realicemos la actividad. En su defecto, podríamos usar papel absorbente, periódicos, papeles o cartones que tengamos para reciclar.
  • Dos tazas o vasos, en los que haremos las dos mezclas o disoluciones que vamos a necesitar.
  • Una cucharita de postre.
  • Un poco de café soluble. Yo lo he hecho con café descafeinado, pero si no os gusta el lógico olor a café, con el que quedará impregnado el papel, o no lo tenéis a mano, podéis usar achicoria, cacao, u otro producto similar que se disuelva fácilmente en agua. Eso sí, probablemente, en caso de usar otros productos, los tonos marrones que consigamos serán diferentes, aunque no necesariamente tiene porqué quedar peor que con el café. Podéis experimentar libremente y comentarme los resultados, para que completemos la información en este artículo.
  • Un par de trozos de algodón, para impregnarlos con las dos mezclas y extenderlas sobre el papel con los dedos.
  • Un secador de pelo.
Materiales

Pasos a seguir:
  1. En primer lugar, vamos a preparar las dos mezclas en las tazas o vasos. El café va a actuar como pigmento, y necesitamos una mezcla mucho más disuelta que la otra, para obtener dos tonos diferentes de marrón amarillento. Además, con cada una de ellas, luego podremos obtener más tonos, según la insistencia con la que apliquemos la imprimación.

    Cantidades recomendadas para las mezclas:

    - Mezcla ligera: una cucharadita de café en una cantidad pequeña de agua, como del grosor de un dedo de altura.

    - Mezcla espesa: una cucharadita de café con muy poca agua. La justa para que este se disuelva. A mí me bastó con unas tres cucharaditas pequeñas de agua.

  2. A continuación, ponemos el folio o trozo de papel con el texto en la bandeja y, tras cortar dos pequeños trozos de algodón, cogemos uno de ellos para la primera imprimación.

    Papel en bandeja

    Impregnamos, entonces, dicho algodón en la disolución ligera y empezamos a restregarlo sobre la hoja, en movimientos longitudinales, tal y como se puede ver en las imágenes, asegurándonos de cubrir todo el texto con amplios márgenes a cada lado. Como supongo que sabréis, si queréis ver las imágenes en mayor tamaño, no tenéis más que pulsar sobre ellas.
  3. Primera mano_01
    Primera mano_02
    Primera mano_03
    Primera mano_04
  4. Después, antes de dar una segunda capa, es mejor secarlo y la forma más rápida es utilizar un secador de pelo. A mí me ha resultado muy cómodo apoyarlo verticalmente sobre el frigorífico (como está mojado, se pega muy fácilmente), pero también lo podemos apoyar sobre el cristal de una ventana. En ambos casos, los restos que queden se limpian muy bien con un trapo humedecido en agua.

    Secado_01
  5. De nuevo, vamos a apoyar el papel en la bandeja, y vamos a aplicar otra capa con la misma disolución ligera, que hemos usado anteriormente, utilizando también el mismo algodón.

    En este caso, vamos a restregar el algodón por todo el papel, bien empapado en la mezcla, de forma más aleatoria y buscando un efecto realista. Estamos, en verdad, pintando y usando la técnica del estarcido (apoyar el algodón imprimado en distintas partes del papel) y luego difuminando ligeramente las manchas para conseguir un mejor efecto.
  6. Segunda mano 01
    Segunda mano 02
    Segunda mano 03
    Segunda mano 04
  7. Nada más terminar esta segunda imprimación y con el papel bien empapado, procederemos a cortar los márgenes con los dedos, muy despacio, en línea recta, pero de forma irregular. Podéis verlo bien en la secuencia de imágenes. Esta puede ser la parte más complicada para los niños; vale, también para nosotros :-) pero si el papel está bien mojado y lo hacemos despacio, el resultado suele ser muy bueno.
  8. Recortado 01
    Recortado 02
    Recortado 03
    Recortado 04
    Recortado 05
    Recortado 06
    Recortado 07
    Recortado 08
  9. Cuando hayamos terminado de recortar, vamos a coger otro algodón y lo impregnaremos en la otra mezcla, más espesa y de color más oscuro, para aplicarla sobre los bordes. En algunos de los tutoriales que me sirvieron de referencia, quemaban los bordes, pero, además de ser más peligroso y difícil (nos podemos cargar todo el trabajo hecho hasta ahora), no queda mejor que con este método, más artístico y de un gran realismo.

    Con esta disolución, tal y como podéis ver en las imágenes, además de impregnar bien los bordes del papel roto (difuminando siempre un poco para suavizar la unión entre tonos) es recomendable impregnar también en zonas sueltas del papel, de forma aleatoria (de nuevo difuminándolas), para conseguir ese realismo final que estamos buscando.
  10. Envejecer bordes 01
    Envejecer bordes 02
    Envejecer bordes 03
    Envejecer bordes 04
    Envejecer bordes 05
    Envejecer bordes 06
    Envejecer bordes 07
    Envejecer bordes 08
  11. Una vez acabada esta fase, le damos la vuelta al papel, para aplicar, al menos, una mano por la parte de atrás, usando la disolución más ligera. Podríamos buscar más realismo, aplicando incluso más manos y usando también la otra mezcla, como hemos hecho por la otra cara, pero no merece la pena porque esta apenas se ve. Esta imprimación posterior, es simplemente para que no se vea en ningún momento el blanco puro del papel, aunque lo tengamos enrollado.
  12. Parte trasera 01
    Parte trasera 02
    Parte trasera 03
    Parte trasera 04
  13. Cuando hayamos terminado de realizar esta imprimación posterior, y con el papel mojado, vamos a arrugarlo suavemente en nuestras manos, como podéis ver en las imágenes. No tenemos que apretar demasiado; además de que no es necesario, podríamos dañar el papel al estar mojado.
  14. Arrugar papel 01
    Arrugar papel 02
    Arrugar papel 03
    Arrugar papel 04
  15. Ya estamos terminando. Ahora, repetimos el proceso de secado con el secador, tal y como hemos visto en el paso 3.
  16. Secado 2 - 01
    Secado 2 - 02
  17. A continuación, procedemos a enrollar ligeramente y hacia adentro los lados verticales del papel, tal y como podéis ver en las imágenes. ¡Y ya está!
  18. Doblado de bordes 01
    Doblado de bordes 02
    Doblado de bordes 03
    Doblado de bordes 04
  19. Para terminar, aquí podéis ver el resultado final. El realismo conseguido lo podéis comprobar vosotros mismos :-)

    Papel envejecido - resultado final
Es evidente, que resultados similares se podrían conseguir con otros procedimientos, pero este, además de ser muy fácil es tremendamente rápido. Aunque con los niños, trabajando despacio, nos puede dar para una sesión completa, yo no he tardado más de diez minutos en hacer todo el proceso, claro está, con la inestimable colaboración de mi fotógrafa de cámara (nunca mejor dicho :-) ¡Gracias, Mariví! :-)

Un cordial saludo y espero que os sea de utilidad.

sábado, 3 de noviembre de 2018

Una interesante manualidad y su valor educativo

Hola a todos:

En esta entrada me voy a limitar a presentar el siguiente post, en el que mostraré, a través de una secuencia de imágenes, con sus correspondientes explicaciones, los pasos necesarios para crear papel envejecido, de una forma muy sencilla, usando solo elementos de uso cotidiano, que solemos tener en nuestra casa y, por supuesto, sin que conlleve ningún tipo de peligro. Esto siempre es importante cuando se trata de actividades susceptibles de que las hagan los propios niños, con un mínimo de surpervisión.

Papel envejecido 1
Para hacerlo, he partido de un trabajo real que tuve que preparar hace unas semanas, para envejecer una serie de notas y mensajes, como parte de la actividad introductoria de un bonito proyecto en el que vamos a trabajar a lo largo de este curso con nuestros alumnos de 4º de Educación Primaria, en el CEIP “El Quijote”, de Madrid. En dicha actividad, ideada y capitaneada por nuestro compañero Jorge, los alumnos iban a tener una primera aproximación al proyecto, mediante un divertido juego de pistas, escritas en “antiguos” trozos de papel, estropeados por el inexorable paso del tiempo :-)

En el siguiente enlace, podéis ver un estupendo reportaje que ha creado Jorge en su blog sobre el desarrollo de esta  actividad, en el patio del colegio, en la que colaboramos también mi compañera Susana y yo: https://espiralidoso.wordpress.com/2018/10/28/comenzamos-el-proyecto-de-4o/

La utilidad de este tipo de manualidades:

Se me ocurren varios motivos para defender esta utilidad para el desarrollo de nuestros alumnos, mucho más allá de preparar una pequeña parte del material necesario para otra actividad. El proceso, siendo sencillo, requiere captar su atención e interés inicial, algo no siempre fácil, pero a lo que ayuda el hecho de mostrarles el sugerente trabajo final. El saber, además, que una vez que hayan aprendido a hacerlo, podrán servirse de este proceso para crear todo tipo de notas secretas o misteriosas para sus juegos, etiquetas de regalo, originales envoltorios, o incluso elementos de una escenografía, sin duda va a contribuir a su motivación.

Centrándonos en la parte más artística, vamos a trabajar varios aspectos:

Primero, van a tener que ser organizados y seguir una planificación. Sí, esto también es necesario para la mayor parte de los trabajos creativos y artísticos, aunque entiendo que a veces, viendo lo que vemos en algunos museos y galerías de arte, penséis que esto no tiene porqué ser siempre así :-)

Papel envejecido 2
Por otro lado, como vais a ver en el proceso, vamos a trabajar la motricidad fina, a varios niveles. Y, de verdad, os aseguro que siendo algo fundamental para muchas de las profesiones a las que podrían optar el día de mañana, no necesariamente artísticas, la habilidad manual de los niños, he observado que va empeorando progresivamente año tras año; lo cual me entristece bastante. Es cierto que, al igual que el aprendizaje de Idiomas, lo podrían empezar a trabajar más tarde, pero el proceso será, como en ese caso, mucho más difícil que si lo comenzamos cuando aún son niños y son auténticas “máquinas” de aprender, jugando, que es como mejor se aprende.

Así pues, tendrán que pintar con un simple algodón, impregnado en una disolución de café, o producto similar, haciendo degradados, estarcidos y otras sencillas técnicas artísticas, en pro de ese realismo que tanto les va a fascinar, y del que van a presumir orgullosos al terminar sus trabajos. También van a tener que recortar papel con los dedos, de forma irregular, siendo esta una de las mejores maneras, aunque generalmente obviada,  de desarrollar la motricidad fina, y de la que soy un ardiente defensor. Además, previamente, deberán haber escrito sus textos, notas o poemas, respetando márgenes adecuados y suficientes, que tendrán que seguir respetando a la hora de recortar manualmente el papel. Esto les cuesta; lo de respetar los márgenes. Por alguna extraña razón, que no logro entender, muchos niños no suelen dejar suficientes márgenes en sus escritos o portadas, y tienden a pegarse al borde del papel, por más que les indiquemos lo contrario.

Para terminar, antes de comenzar a describir el proceso y dentro de la interdisciplinariedad que intentamos tener siempre presente, me parece igualmente interesante, poder mostrar y explicar a los niños lo que es una disolución, en dos niveles distintos de densidad, usando agua y café o, como decía, algún otro producto similar.

Y dicho esto, os emplazo a ver la siguiente entrada, en la que podréis seguir fácilmente todo el proceso.