Hola a todos. En primer lugar, os pido perdón por el retraso en escribir esta "no-despedida" que os había prometido. ¿Los resultados de la oposición? Han sido buenos, siempre, dentro de lo que cabe, pues aunque no he podido aprobar, he vuelto a estar muy, muy cerca. Esto y el haber conseguido obtener el Nivel Avanzado de inglés y la habilitación lingüística, me garantizará probablemente el trabajo desde el primer día, al menos durante el próximo curso. Eso sí, es probable que hasta septiembre no sepa en qué colegio me toca.
Volviendo al motivo principal de esta entrada, quería empezar por daros las gracias, primero, a todos los padres y madres que me habéis apoyado y animado constantemente en mi trabajo, y a los que he dirigido las entradas semanales del blog, durante gran parte del curso. Como ya he dicho en alguna otra parte y en mi artículo sobre las cualidades para ser maestro, no puede haber otra profesión en la que la materia prima con la que trabajamos sea tan importante; y yo, personalmente, así lo siento. Vuestros hijos crecen y evolucionan día a día, especialmente a estas edades, a pasos acelerados; todos son diferentes y todos son un reto para el maestro y, aunque la tarea no es fácil, yo no he tenido mayor objetivo que el de conseguir que me recibieran motivados cada día en clase. Sé que no siempre lo he logrado con todos los niños, pero no es ésta una tarea en la que los maestros nos tengamos que rendir. Yo nunca lo haré.
Como muchos sabéis, aunque llevo unos cuantos años en la docencia, éste ha sido mi segundo año como maestro, y el primero en el que he estado a jornada completa en un colegio; nada menos que con 9 clases de Infantil :-) Os mentiría si os dijera que ha sido siempre sencillo, pero, sobre todo, ha sido una experiencia maravillosa y enriquecedora a la que me he entregado en cuerpo y alma, y de la que estoy plenamente satisfecho. Por supuesto, esto no habría sido posible sin vuestro apoyo, confianza y respeto (siempre mutuos, como siempre ha de ser), y sin la ayuda y referente de unas estupendas maestras que me han acompañado, y que me han ayudado y emocionado día a día con su labor y entrega. Sin duda, este post también se lo dedico a Ellas.Tampoco quiero olvidar a la mayor parte del personal del colegio, que me recibieron con las puertas abiertas y que me hicieron sentirme como en mi casa, desde el primer día.
En fin, como decía, esto no es una despedida, si no un "hasta luego". Tengo la corazonada y la intención de volver en cuanto pueda, y estaré encantado de veros de nuevo y, sobre todo de ver a esos doscientos y pico niños que, aunque a veces me hayan hecho subirme por las paredes :-) sobre todo, me han transmitido su alegría y energía y se han sabido hacer un hueco en mi pequeño corazón.
Un fuerte abrazo y muchos besos.
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