No cabe duda alguna de que, a día de hoy, es imprescindible que todos tengamos una adecuada formación en el uso de las nuevas tecnologías. Las oiremos llamar de muchas maneras, pero especialmente en el terreno de la educación, se las conoce como "Tecnologías de la Información y la Comunicación" o por su forma abreviada: "TICs".
Pero si es importante para todos, lo es aún más para los niños. No tiene que suponer ningún problema para ellos. Nuestros hijos (o nietos :-) han nacido en la era de internet, los móviles de última generación, la tdt, los reproductores de mp3, 4, 5, ipods, ipads, tabletas y artilugios varios que evolucionan día a día al mismo tiempo que ellos.
A nosotros nos costará siempre mucho más que a los niños entender y asimilar todos estos cambios tecnológicos, pero los maestros por nuestro rol de "educadores" y los padres o abuelos, exactamente por la misma razón, tenemos la obligación y la necesidad de acercarnos lo máximo posible a esta nueva forma de conocimiento. Imagínense por un momento, que los niños nacieran con una facilidad tan grande para hablar otra lengua que sólo ellos conocieran, que antes de cumplir los diez años la dominaran hasta el punto de usarla más que el español, e incluso olvidar este último... ¿cómo nos íbamos a comunicar con ellos con garantías de éxito? ¿cómo los íbamos a poder educar? Esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora con las nuevas generaciones y su inmersión natural en las nuevas tecnologías.
¿Qué tenemos que hacer entonces?
Ante esto, tenemos varias tareas. La primera, obviamente es intentar, si no hablar, al menos entender "su idioma". Sólo así, podremos dirigir su evolución y optimizar al máximo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Como maestros tenemos que saber aprovechar en clase todos los recursos tecnológicos que tengamos a nuestro alcance. Sin olvidarnos nunca de los libros y métodos tradicionales, tenemos que explorar todas las vías que faciliten el aprendizaje de los alumnos, y el uso adecuado de las TICs es fundamental. No se trata de establecer una guerra entre métodos tradicionales y nuevas tecnologías (lo que lamentablemente sigue siendo la postura de algunos docentes). No tenemos que ver las TICs como un enemigo, sino como nuestro mayor aliado.
Nuevas tecnologías, sí, siempre; pero con moderación
El problema, como casi siempre, está en los excesos. Todo lo dicho, es aplicable también a la educación impartida por los padres en los hogares. Tenemos que fomentar en nuestros hijos el uso de las TICs, pero no como algo excluyente, no como sustituto de los juegos tradicionales, ni algo que vaya en detrimento de las relaciones personales y directas entre los niños. El hecho de que las videoconsolas, playstations y similares, con la "ayuda inestimable y eterna" de la televisión, se hayan convertido en sustitutos de amigos y en fríos "canguros eléctrónicos", en mi opinión, es una de las cosas más aberrantes que ha ocurrido en la historia de la educación.
En próximas entradas en el blog, hablaré más en detalle sobre la importancia del uso adecuado de las TICs en el aula; sobre lo que yo he aprendido acerca de las nuevas tecnologías en mi vida profesional, y sobre las ideas y proyectos que, en este sentido, se me vayan ocurriendo para favorecer el trabajo del maestro en clase, así como su propia motivación y la de sus alumnos.
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