
A nosotros nos costará siempre mucho más que a los niños entender y asimilar todos estos cambios tecnológicos, pero los maestros por nuestro rol de "educadores" y los padres o abuelos, exactamente por la misma razón, tenemos la obligación y la necesidad de acercarnos lo máximo posible a esta nueva forma de conocimiento. Imagínense por un momento, que los niños nacieran con una facilidad tan grande para hablar otra lengua que sólo ellos conocieran, que antes de cumplir los diez años la dominaran hasta el punto de usarla más que el español, e incluso olvidar este último... ¿cómo nos íbamos a comunicar con ellos con garantías de éxito? ¿cómo los íbamos a poder educar? Esto es exactamente lo que está ocurriendo ahora con las nuevas generaciones y su inmersión natural en las nuevas tecnologías.
¿Qué tenemos que hacer entonces?
Ante esto, tenemos varias tareas. La primera, obviamente es intentar, si no hablar, al menos entender "su idioma". Sólo así, podremos dirigir su evolución y optimizar al máximo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Como maestros tenemos que saber aprovechar en clase todos los recursos tecnológicos que tengamos a nuestro alcance. Sin olvidarnos nunca de los libros y métodos tradicionales, tenemos que explorar todas las vías que faciliten el aprendizaje de los alumnos, y el uso adecuado de las TICs es fundamental. No se trata de establecer una guerra entre métodos tradicionales y nuevas tecnologías (lo que lamentablemente sigue siendo la postura de algunos docentes). No tenemos que ver las TICs como un enemigo, sino como nuestro mayor aliado.
Nuevas tecnologías, sí, siempre; pero con moderación

En próximas entradas en el blog, hablaré más en detalle sobre la importancia del uso adecuado de las TICs en el aula; sobre lo que yo he aprendido acerca de las nuevas tecnologías en mi vida profesional, y sobre las ideas y proyectos que, en este sentido, se me vayan ocurriendo para favorecer el trabajo del maestro en clase, así como su propia motivación y la de sus alumnos.
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