El famoso “efecto llamada”
Como es sabido, esta coincidencia en fecha suele ser bastante habitual y la intención es beneficiar a los candidatos de las comunidades que convocan plazas. El problema es que, cuando no es así, en cuanto haya una sola excepción, se producen situaciones tremendamente injustas. Esto es lo que sucedió, por ejemplo en Madrid en la convocatoria de 2011, en la que, al anularse inicialmente las oposiciones y convocarse después a última hora, los exámenes fueron en Noviembre y hubo una auténtica avalancha de opositores de toda España, mermando así las posibilidades de muchos maestros madrileños.
En mi opinión, es bastante razonable que cualquier maestro y ciudadano español pueda tener la oportunidad de elegir en qué comunidad se quiere presentar, sin tener que estar obligado a presentarse sólo en la suya propia, pero para que esto fuera justo para todos, los exámenes de las distintas oposiciones de magisterio deberían ser siempre en fechas diferentes, con margen suficiente para que los candidatos se puedan presentar a todas las comunidades que quieran. Todos tendrían las mismas oportunidades y muchas mejores posibilidades de materializar el esfuerzo de su preparación en la consecución de una plaza.
Supongo que el único problema real para justificar el tener que evitar el efecto llamada es de tipo organizativo y administrativo. A más candidatos, harían falta mayores espacios y recursos humanos para llevar a cabo los procesos selectivos. Y, claro, el problema surgiría al tener que pagar horas extras a los maestros por formar parte de los distintos tribunales. Por lo que sé, no todos querrían renunciar a parte de su tiempo libre si no son recompensados adecuadamente por ello, aunque fuera para beneficiar a los que quieren ser maestros como ellos; a los que tienen los mismos sueños e ilusiones que un día les movieron a ellos a elegir esta bella profesión.
Una situación injusta
Pero si hay una situación injusta por encima de todas, es la de que la mayor parte de las comunidades autónomas hagan lo posible por hacer coincidir sus convocatorias, mientras que algunas otras, con lengua propia, hayan evitado en el pasado dicha coincidencia. La injusticia se produce por el hecho de que para presentarse en dichas comunidades, no basta con dominar el español, sino que además es obligatorio justificar un nivel avanzado en la lengua en cuestión. Y no sirve que se diga, como algunos hacen, que a nadie le impiden estudiar euskera, gallego, catalán o valenciano. Entiendo perfectamente la importancia y necesidad, en algunos casos, de conocer dichas lenguas, si vas a ser tutor de grupo en Primaria en un colegio en el que se utiliza la lengua autónoma como vehicular, pero debería haber un buen número de colegios en cada comunidad autónoma, al igual que ocurre en Navarra, donde la lengua vehicular fuera el español, y conocer la lengua autónoma no fuera un requisito imprescindible. Además, en la totalidad de los colegios, tampoco tendría que serle requerido el conocimiento de la lengua autónoma, por ejemplo, a un maestro de Inglés, que debería intentar enseñar su asignatura en dicha lengua el 100% de su tiempo y que, para aclaraciones puntuales, tendría que bastar con el español, común a todos nosotros por derecho. Pero lo peor de todo es que, a sabiendas de que por no conocer una lengua concreta no se van a poder presentar en sus comunidades los candidatos del resto de España, en dichas comunidades convoquen sus oposiciones en diferentes fechas para que sus ciudadanos, con todo el derecho del mundo, sí se puedan presentar en las demás.
En fin, sé que es un tema polémico, pero quiero que quede claro que no estoy en contra de los candidatos de cualquier parte de España, que hacen bien en aprovechar todas las oportunidades que, como ciudadanos españoles, para todo, y no sólo para lo que interesa, se les puedan ofrecer. De quien sí estoy en contra es de los políticos y de las distintas administraciones que, por distintos motivos, permiten que se produzcan este tipo de injusticias, que sin duda lo son, y que, peor aún, no hagan ni quieran hacer nada por remediarlas.
Un cordial saludo, mucho ánimo y suerte a todos los maestros opositores.
Que buen artículo, aunque yo que soy una opositora de Andalucía estoy totalmente en contra de que convoquen porque para lo único que lo hacen es para sacar dinero. Ya esta bien para sacar una marranada de plazas es sumamente injusto con el montón de personas que se presentan, por favor, pensar un poquito que llevan un año jugando con todos los estudiantes, ahora si ahora no. Nuestra economía no esta para gastarla en academias para que luego digan que no. SI ya al principio de año dijeron que no, que mantengan su palabra y no sean unos sinvergüenzas, ya bastante nos están robando y echando el País a pique. Es una opinión de una humilde muchacha
ResponderEliminarHola Lourdes. Estoy de acuerdo contigo en que con tantos cambios de última hora, los perjudicados suelen ser siempre los opositores, aunque ya sabes también que cada uno tiene o tenemos unas circunstancias diferentes, y siempre hay a quién pueda interesar que haya cuantas más convocatorias mejor. Es cierto también que las administraciones se forran con los derechos de examen, pero, por ejemplo en Madrid, a pesar de la desorganización de la última convocatoria, yo no tuve que pagar nada al estar desempleado, pero no sé si esto es así también en otras comunidades.
ResponderEliminarEn fin, pase lo que pase, te deseo mucha suerte.
Un cordial saludo.