Con este sugerente título, quiero hablaros no sólo de las zapatillas (más bien alpargatas) de colores que utilicé para captar la atención de los niños al principio del presente curso (2022-2023), sino también de la que fue mi propuesta de toma de contacto con mis alumnos de Educación Infantil en el CEIP El Greco. Hablaré también de mi planteamiento didáctico; de qué elementos utilizo y de cómo planifico y comienzo mis sesiones con los niños. Empecemos por el principio…
Comenzando el día con alegría
El tema de las alpargatas de colores, se me ocurrió para captar la atención de los niños cada mañana, según iban entrando al edificio de Infantil y yo salía a recibirles, dándoles los buenos días. “Good morning!” o “Hello!”, yo les iba saludando, mientras ellos, aparte de sonreírme e incluso contestarme (los más decididos), se fijaban en mis pies y me decían: “red”, “yellow”, “blue”, etc., según el color que había elegido para ese día. “What colour are my shoes today?, también les preguntaba de vez en cuando, animándoles a responder en inglés, o haciéndoles traducción simultánea. Es más, al principio me ponía cada día unas alpargatas de un color diferente, hasta 6 que había comprado; y no les hacía fijarse en los calcetines, en los que todavía no estaba focalizando su atención, pero, en una segunda fase, con otros 6 pares de calcetines de distintos colores, empecé a combinarlos de la forma más contrastada posible, para practicar dos colores diferentes a un tiempo. Pero eso no fue todo… En una tercera fase, manteniendo los calcetines del mismo color, me ponía dos zapatillas de colores diferentes, intentando siempre que el color de los calcetines elegidos contrastara bien con los dos colores de alpargata del día. Practicábamos ya entonces tres colores en lugar de dos. Por último, en una cuarta fase, empecé a ponerme 4 colores distintos, combinándolos también de la mejor manera que creía, entre las dos alpargatas y los dos calcetines. Este pequeño juego de combinación de colores, no sólo me servía para recibirles cada día de una manera divertida practicando los colores, sino que en mi cabeza de “artista”, de la que ni puedo ni quiero salir del todo cuando estoy con niños, por las ventajas que sé que les puedo aportar, tenía la intención oculta de que se fueran familiarizando con diferentes combinaciones cromáticas. Eso sí, siempre asumiendo convencido que, si bien, es sabido que hay unos colores más indicados que otros para generar combinaciones “que funcionen bien”, los niños pequeños son de por sí unos creativos excelentes, sin filtros y sin miedos estereotipados, y son capaces de sorprendernos con sus elecciones y de deleitarnos con sus mezclas en los trabajos artísticos que realizan.
El hecho de que esté hablando en pasado es también lógico, pues desde que empezó el clima más frío, a mediados de noviembre, no tuve más remedio que interrumpir esta matutina actividad, pero la retomaré felizmente en primavera, cuando suban de nuevo las temperaturas y la mantendré ya hasta fin de curso.
Mi amigo el Moskinglish
El Moskinglish es una pequeña “mascota”, que me inventé y que les presenté a los niños los primeros días de curso. Lo podéis ver en la imagen. Y pongo mascota entre comillas, porque no sé si podemos llamar “mascota” realmente, a un mosquito que nos pica con saña y alevosía, por muchas ventajas que nos pueda transmitir con su majestuoso picotazo… Y es que el Moskinglish, insecto británico donde los haya, y al que yo presenté como el rey de los mosquitos, cuando pica a alguien, provoca que poco a poco se vaya olvidando de su lengua materna y vaya utilizando la lengua de Shakespeare, cada vez más y de forma progresiva.
La cuestión es que les dije que a mí me había picado el susodicho insecto y, a lo largo del curso, los niños se irían dando cuenta de que cada vez les hablaría menos en español y más en inglés. Esto, con los niños pequeños, sé que es un poco utópico, pues en muchos momentos de la clase, no tengo más remedio que recurrir al español, para que todos me puedan seguir, pero también es cierto que mi comunicación en inglés con ellos, sigue progresando día a día, y lo continuará haciendo así hasta el final de curso.
Un auténtico bombín inglés on my head
La idea del bombín se me ocurrió prácticamente al mismo tiempo que la de las alpargatas de colores. Pensé que llevar puesto siempre un sombrero típicamente inglés durante las clases, ayudaría a contextualizar mi rol de English teacher, lo que, junto con el picotazo del Moskinglish y su efecto de “angloparlantismo” persistente, contribuiría a dar a nuestras sesiones una personalidad propia y diferenciada de su clase normal en español.
Además, para que no quedase ninguna duda sobre la nacionalidad del sombrero, le fijé a cada lado una pequeña bandera británica. Claro; los niños de 4 y 5 años nos es habitual que conozcan esta bandera, como así pude comprobar, pero tampoco resultó muy difícil explicárselo y aprovechar esta ocasión para que identificaran esta bandera con la lengua que íbamos a trabajar en nuestra clase.
Por otro lado, se me ocurrió una idea más para sacar partido al sombrero. La idea era colocarle una cinta elástica negra alrededor, y utilizarla para sujetar una imagen con la palabra del día en la parte frontal, y la propia palabra escrita en la parte posterior. Y así estoy haciendo con ellos desde el principio de curso. Las imágenes en cuestión, son imágenes reducidas de las mismas flashcards con las que presentamos el vocabulario de cada unidad. Es una tarea que exige un trabajo preparatorio, reduciendo, imprimiendo y plastificando estas imágenes en miniatura, pero es algo que merece la pena y que los niños me suelen reclamar cada día, incluso aunque a mí se me olvide mencionar la palabra en cuestión, como alguna vez me ha ocurrido.
Un mural para las rutinas diarias
En este punto, que sería el más largo de todos, tampoco me voy a extender, ni voy a autoplagiarme, copiando y pegando el texto que yo mismo escribí en el año 2014, cuando realicé el mural que he rescatado y que estoy reutilizando cada día en este curso, para trabajar las rutinas del tiempo atmosférico y la fecha con los niños. Me parece mejor opción poner aquí un enlace al artículo original, que está en otra parte de este blog. En aquel artículo, hablaba, en primer lugar, de mis sensaciones y experiencia en los primeros momentos que pasé en aquel curso 2014-2015, en el colegio Meseta de Orcasitas, de Madrid; pero también presentaba el mural. En segundo lugar, en otro apartado, hablaba del proceso de fabricación del mural que realicé, fundamentalmente con fieltro. En este caso, teniendo en cuenta los inconvenientes que me supuso utilizar dicho material, especialmente a la hora de escribir o rotular sobre él, hoy en día lo habría sustituido por Goma EVA, de distintos colores y grosores, mucho más fácil de trabajar y de rotular sobre ella. Por último, y si queréis ir al grano para ver cómo lo utilizo en clase, sigo prácticamente lo comentado en el último apartado del artículo, titulado “El uso del mural cada día”. Aquí tenéis el enlace: http://artedesermaestro.blogspot.com/2014/10/un-mural-de-tela-para-las-rutinas.html
Y nada más por hoy. Un saludo y hasta pronto.
martin q tal en tu nuevo colegio q tal te va???Por cierto soy Gonzalo del ramon perez de ayala
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