viernes, 10 de agosto de 2012

Las actividades extra-escolares - 1

Antes de nada quiero aclarar que, inicialmente, debido a las vacaciones  de algunos de mis lectores, me había planteado interrumpir la inclusión de nuevas entradas durante el mes de agosto. En lugar de eso, voy a ir introduciendo en pequeñas partes esta nueva entrada sobre las "actividades extra-escolares", que espero haber completado a la finalización del mes.
En primer lugar, es evidente que esta entrada está más dirigida a los padres que a los maestros. No obstante, como veremos más adelante, en determinados casos de nuevo puede ser muy positiva  la colaboración entre unos y otros a la hora de buscar las actividades más interesantes y enriquecedoras para los niños. También, quiero hacer hincapié en que el presente artículo lo baso fundamentalmente en mi propia experiencia como padre y en el famoso “sentido común”, al que también se conoce como el menos común de los sentidos.

¿Son necesarias las actividades extra-escolares?

¡Me aburro!Por supuesto que sí. En el amplio sentido de la palabra, “es necesario” que las actividades físicas y culturales no se limiten al ámbito de la escuela; otra cosa es cómo los padres gestionen dichas actividades para sus hijos. Sería incomprensible que al regresar los niños del colegio su actividad se limitara, por ejemplo, a estar frente al televisor. Y peor incluso sería que los padres pensaran que “eso” es necesariamente una actividad cultural. Personalmente, no tengo nada contra la televisión; es más, reconozco su importante papel como herramienta educativa, si se eligen los programas adecuados y no se abusa del tiempo que estamos frente a ella… ni los niños, ni los adultos, porque, queramos o no, siempre seremos su referente más inmediato, y no deberíamos nunca predicar una cosa y hacer lo opuesto ante ellos. Lo mismo cabría decir del uso de las famosas  “maquinitas”, juegos de ordenador o incluso internet, con lo que los niños ocupan su tiempo, en muchas ocasiones de forma indiscriminada y sin suficiente control paterno.  

Otro aspecto importante es el físico. Debido a lo comentado en el párrafo anterior, con el avance de las Nuevas Tecnologías y los muchos “atractivos” que presentan para los menores, sus momentos de ocio y sus propias vidas se han vuelto mucho más sedentarios y estáticos, con los peligros para su salud física y mental que esto supone. No se puede comparar la socialización real y directa de un grupo de niños participando o jugando juntos de forma periódica, con la supuesta socialización virtual de las redes sociales, a las que los niños están accediendo cada vez de forma más temprana. Son evidentes las ventajas que “puede” llegar a tener esta forma de comunicación para los adultos, e incluso para los adolescentes si las usan de forma controlada e “inteligente”. Especialmente los primeros y parcialmente los segundos, pueden llegar a sortear parte de los muchos inconvenientes que éstas también presentan, pero eso es algo que nunca podrían hacer los niños, y el motivo por el cual considero las redes sociales totalmente desaconsejables para los alumnos de Educación Primaria, e incluso de 1º de ESO. También es obvio que no todos los niños tienen el mismo nivel de maduración y que resulta muy difícil establecer fronteras, pero si tuviera que dar mi opinión, ésa es la que yo establecería, y la que establecimos mi mujer y yo en su momento con nuestra propia hija.

Una vez presentada la necesidad de unas actividades extraescolares enriquecedoras, y qué es lo que tenemos que evitar o, cuanto menos, controlar como padres, en la próxima entrada hablaré de qué tipo de actividades considero más apropiadas y de cómo elegirlas.


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